viernes, 19 de abril de 2019

Prácticas del lenguaje y algo más

Portada de El Asesinato De la Profesora De Lengua (2007)
El asesinato de la profesora de lengua Jordi Sierra i Fabra Ilustraciones de Pablo Núñez

El primer capítulo de este libro se titula «Silvia y Bruno». Este es también el título de una maravillosa obra de Lewis Carroll, amante de las palabras y de los juegos del lenguaje como el autor de esta novela, Jordi Sierra i Fabra, quien revela en las primeras páginas que ama «la literatura, la palabra escrita, escribir, leer», y que quiere demostrar a través de esta experiencia literaria que escribir y leer también es un juego. Cada capítulo de El asesinato de la profesora de lengua es una invitación a la lectura y a descubrir a un autor: Charles Dickens, Alejandro Dumas, Vicente Blasco Ibáñez, Jules Verne, Pirandello, Jorge L. Borges...
Veinte capítulos, veinte referencias literarias: Historia de dos ciudades, Los tres mosqueteros, Los cuatro jinetes del Apocalipsis, Cinco semanas en globo, Seis personajes en busca de autor, Siete noches... El asesinato de la profesora de lengua es mucho más que un relato: es una guía literaria, una revista de pasatiempos, un manual travieso de lengua y ¡mucha diversión! Un libro así necesita un lector activo. Cada prueba es un reto para el que sostiene el volumen como lo es para sus personajes. Además, cuando leemos la última página, todavía hay mucho por hacer: tautogramas que inventar, abecegramas que escribir, sonetos que componer... y, sobre todo, narraciones que recorrer. Los protagonistas resolverán las pruebas de la profe, SOS, Soledad Olmedo Sánchez. Y los lectores se divertirán con los juegos de ingenio que plantea el autor. ¡Atrévete a leer!

ARGUMENTO:

Soledad es una profesora de lengua desesperada ante el desinterés de sus alumnos adolescentes por aprender y, en concreto, por la lectura. Frustrada, triste y cansada de esforzarse para motivarles, sin obtener resultados, dirige una carta muy singular a sus alumnos, donde les anuncia que asesinará a uno de ellos a no ser que den con su paradero y la detengan. Para ello, tendrán que resolver una serie de pruebas. Ana, Gaspar y Tasio, que aprecian a su profesora, deciden aceptar el reto. Esas pruebas son, naturalmente, juegos lingüísticos y literarios; tendrán que resolver crucigramas, sopas de letras; aprenderán a componer palíndromos, pangramas, bifrontes... Tendrán que leer a Quevedo, imitar a Lope y enfrentarse a Kafka. Pero lo lograrán. Y con ello no solo evitarán el asesinato, sino que además encontrarán un verdadero tesoro, el que se oculta entre las páginas de los libros de la biblioteca infinita con la que todo lector —y ellos ahora lo son— sueña, porque —dice la profe—: «¡La cultura es absorber la vida, aquí dentro y ahí fuera, estar abiertos a todo, no pasar de nada, tener curiosidad, y por encima de todo leer y leer, para ser felices, aprender, entender las cosas, hacer que el cerebro de engrase!» (pág. 11)